¿Cómo saber si tu hijo necesita brackets?
Sin importar el cómo, es recomendable acudir con el ortodoncista en caso de que el niño presente alguna de las siguientes señales, ya sea antes o después de los siete años:
1. Pérdida prematura o tardía de dientes de leche.
Los dientes de leche conservan el espacio que posteriormente van a ocupar los dientes permanentes, la pérdida temprana o tardía ocasiona desajustes en la dentición permanente.
La pérdida prematura de un diente de leche podría requerir la colocación de un aparato para mantener el espacio y la correcta erupción del diente permanente.
En cambio, la pérdida tardía puede ser un signo de ausencia de algún diente permanente.
2. Uso prolongado del chupete o hábito de succión digital.
El repetido uso de accesorios como el chupete o la succión del dedo, pueden llevar a la deformación del paladar y los dientes. Por ello, recomendamos su retirada antes de los 2 años de edad. Succionar el pulgar de manera continua ocasiona que los dientes superiores se inclinen hacia adelante, al tiempo que los dientes inferiores son llevados hacia atrás. Esto da lugar a una mordida abierta en la que los dientes incisivos superiores e inferiores no contactan.
3. Dificultad para masticar o morder.
En muchas ocasiones los niños hacen gestos extraños al masticar o solamente mastican por un lado, debido a que sus dientes están mal posicionados. Este desequilibrio puede ocasionar dolores de cabeza o cuello, así como originar una mordida cruzada.
4. Dificultad para hablar o pronunciar.
Muchos de los casos en los que los niños tienen problemas al hablar y pronunciar correctamente se deben a que la lengua se interpone demasiado en este acto. En estos casos, puede ser posible la acción conjunta del logopeda y el ortodoncista.
5. El maxilar y la mandíbula son de un tamaño MUY diferente.
Este hecho lo podemos observar en el perfil facial del niño. A nivel dental, debemos observar que los dientes superiores ocluyen por delante de los dientes inferiores y que no hay demasiada distancia entre ambos.
6. Ruidos al abrir y cerrar la boca.
Si la boca del niño hace ruidos raros cuando éste abre y cierra la boca, es posible que se trate de algún desorden mandibular. En estos casos, los niños pueden sufrir dolores de cabeza y cuello que la mayoria de las veces lo padres no relacionan con la mordida.
7. Respirar por la boca en lugar de la nariz.
Cuando un niño tiene problemas para respirar por la nariz y lo hace la mayor parte del tiempo por la boca, se produce una profundización del paladar y un estrechamiento del maxilar superior. Cuando las personas respiran por la boca, suelen colocar la lengua en una posición baja y los labios entreabiertos; al no sellar los labios, necesitan interponer la lengua para tragar, esto puede ser una señal de mordida abierta.
8. Dientes separados.
Existen diversos motivos por los que los dientes pueden estar demasiado separados entre sí. Entre ellos puede ser que el arco dental sea muy ancho, que falten dientes, o a que estos sean muy pequeños.
9. Dientes apiñados.
Lo ideal es que los dientes estén bien alineados y con contactos adecuados para su correcta higiene y función. Lo apropiado es que los dientes superiores encajen con los inferiores, cuando esto no ocurre las piezas dentales tienden a apiñarse. Un problema de alineamiento puede estar provocado por un arco dental muy pequeño o por unos dientes grandes.
Margarita Cardoso Richardi
Máster en Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial
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